Se desarrolla fundamentalmente en los treinta primeros años del siglo XII, durante la creación, desarrollo y reconocimiento de la Hermandad Canónica de los Pobres Compañeros de Cristo en el Sínodo de Nablus; investigación basada en documentos de archivo de los pseudos cronistas de la época y posteriores. Se hace un estudio profundo del porqué no fue creada en fechas tenidas por habituales, como también se resta importancia a la intervención de Bernardo en Troyes, empero, se reconoce su gran aportación a posteriori, precisamente fue lo que hizo grande a la Orden; se le niega la confección de la regla y al mismo tiempo se justifica el Sínodo de Troyes como provisión templaria, que no, eclesiástica. Se niega el concepto de monje, ni tan siquiera se admite el de fraile, resultado de un estudio exhaustivo, al igual que la pretendida pobreza de los fundadores.
Siendo este el núcleo, está apoyado por otros artículos que pormenorizan y ayudan a entender mejor aquella sociedad y los verdaderos motivos de las Cruzadas, tanto a nivel eclesiástico como social y comercial con la recuperación de viejas rutas comerciales, entonces en manos de musulmanes con una leve presencia varega en los ríos centro europeos. La pérdida de protagonismo e importancia del Mediterráneo será factor primordial para los magnates de la época.
Otro de los factores, será una puesta en escena de la jurisprudencia en la que se basó la controvertida Orden: sus bulas, adaptaciones y correcciones, que generará un poderío superior a la del Santo Sepulcro y la de san Juan Evangelista a las que eclipsará.
Una amplia y aproximada biografía de sus fundadores, pondrá punto final al libro. Seguido del ultílogo y la bibliografía consultada.
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